Un millón de gracias karina, por esta historia tan maravillosa para tu madre.
Esta historia empieza el 22 de diciembre del año 1947 cuando mi querida Madre nace en la ciudad de Quito-Ecuador con una insuficiencia cardíaca, la misma que no fue detectada sino a los 6 meses de nacida. En esa época la ciencia y tecnología no estaba desarrollada por lo que mis abuelos tuvieron que aceptar los tratamientos poco acertados para la pequeña que había nacido esperando que al llegar a la adolescencia pudiera cerrarse la válvula del corazón y mejorar la vida de su hija María Antonieta.
Mientras tanto la pequeña presentaba cianosis (labios y uñas morados) el pecho muy pronunciado conocido también como pecho de paloma para lo cual los médicos de la época recetaron una pechera de madera con fierro similar a un chaleco para que la pequeña lo use ajustada todo el tiempo, radiografías cada mes para ver si ha corregido esa falla ósea. Entre continuas afecciones gripales, enfermedades bronquiales; llego a la edad escolar, asistiendo a la escuela; prohibida de realizar ejercicios, luchando a diario sin un diagnóstico certero, pero viviendo con alegría y sin dejarse vencer. Su adolescencia continua con sus estudios en el colegio se gradúa de bachiller en secretariado bilingüe, contrae matrimonio, ingresa al mundo laboral donde por primera vez le realizan un cateterismo y le diagnostican CIV (comunicación interventricular severa) en el país no se realizaban operaciones de corazón abierto, sino en Brasil con los costos muy elevados, los pronósticos de vida no eran alentadores, no debía embarazarse ya que al ponía en riesgo la vida de ella y de su niño/a.
Sus ganas de vivir y salir adelante siempre confiada en el amor de Dios que tanto le había protegido y brindado oportunidades de seguir viviendo, sigue su vida laboral se embaraza con controles tanto del ginecólogo como del cardiólogo nace a los 8 meses su primogénita, la mantienen en termo cuna y sigue adelante con su vida. A los 8 años nace su segunda hija igualmente de ocho meses bajo las mismas condiciones que su primera hija, pero su fe en Dios y el amor a sus pequeñas, continua con su vida siendo una madre luchadora, trabajando, cumpliendo con sus responsabilidades, pero su estado de salud cada vez se va deteriorando por lo que los cardiólogos le realizan un segundo cateterismo y detectan que sus arterias pulmonares y afección cardíaca avanzado considerablemente y ya no podrían operar por ser muy riesgosa. Los médicos se dan por vencidos por lo que ni siquiera quieren ya medicarle a esa fecha para poder permanecer en pie trabajando y viviendo tomaba 16 pastillas diarias, todos los pronósticos de vida eran desalentadores, sin embargo la última opción que el cardiólogo le da es trasladarse a vivir a nivel del mar para evitar que el corazón se desgaste más y sus pulmones se oxigenen más.
El amor de madre no es egoísta, ella quiere que sus hijas terminen sus estudios en la capital Quito continua luchando a 2850 metros de altura, con su enfermedad crónica luchando; pero todo llega a un límite su cuerpo ya no resistía más, su primera hija ya en el último año de universidad le impulsa y apoya que tome la decisión de vivir en la Costa, mi madre pide el cambio en su trabajo decidiendo trasladarse a la provincia de Manabí – Portoviejo, contra todos los comentarios de negatividad de sus familiares, amistades y confiando siempre en Dios para poder alargar unos años más de vida según el cardiólogo 10 años más, deja todas las comodidades de la ciudad y se traslada a Portoviejo en compañía de su primera hija.
Solas pasando por tantas vicisitudes, un cambio tan radical en todo aspecto, queriendo dar marcha atrás y en varias ocasiones bajando los brazos, cayendo pero levantándose una y otra vez, su hija apoyándola, siendo su muro de contención, dándole ánimo con lecturas motivadoras de varias historias de vida similares, seguimos luchando como buenas guerreras, saliendo de nuestra zona de confort, reconstruyendo y avanzando; volviendo a reunirse en ésta nuestra nueva casa con su otra hija, pero todo tiene un tiempo límite pasaron 22 años y ésta mujer guerrera luchadora es internada en cuidados intensivos, su corazón ya no da más, sus pulmones están muy afectados, se va apagando poco a poco y fallece a los 71 años de edad dejando un legado a sus dos hijas de honestidad, responsabilidad, amor a Dios, a la vida, de fe, creer en uno sin permitir que los comentarios de otros te roben tus sueños, principios y valores que tanto sus amistades, compañeros de trabajo y familia han sido testigos fieles de la mujer que fue y que seguro hoy descansa en paz en la morada santa. TE AMO MAMÁ GRACIAS POR TODAS TUS ENSEÑANZAS.