Bronnie Ware es una enfermera australiana que ha trabajado durante muchos años en cuidados paliativos. Durante su trabajo, ha tenido la oportunidad de hablar con muchas personas que están en su lecho de muerte. A través de estas conversaciones, Bronnie ha identificado los 5 arrepentimientos más comunes de las personas moribundas. Exploraremos estos arrepentimientos y discutiremos cómo podemos aprender de ellos para vivir una vida más plena y satisfactoria.
El primer arrepentimiento común de las personas moribundas es «ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí». Muchas personas se sienten atrapadas en trabajos, relaciones o situaciones que no les hacen felices, pero no tienen el coraje de hacer un cambio. Las personas que están muriendo a menudo lamentan no haberse tomado el tiempo para explorar sus propias necesidades y deseos, y en su lugar haber vivido la vida de acuerdo con las expectativas de los demás.
El segundo arrepentimiento común es «ojalá no hubiera trabajado tanto». Muchas personas en su lecho de muerte se dan cuenta de que han trabajado demasiado y se han perdido momentos importantes en sus vidas, como pasar tiempo con amigos y familiares, viajar o simplemente disfrutar de los placeres simples de la vida.
El tercer arrepentimiento común es «ojalá hubiera tenido el coraje de expresar mis sentimientos». Muchas personas en su lecho de muerte se dan cuenta de que no han hablado abiertamente sobre sus sentimientos, deseos y necesidades, y se lamentan de no haberse comunicado mejor con las personas importantes en sus vidas.
El cuarto arrepentimiento común es «ojalá hubiera mantenido contacto con mis amigos». A medida que nos ocupamos de nuestra vida diaria, es fácil perder contacto con amigos y familiares. Las personas que están muriendo a menudo lamentan no haber mantenido contacto con amigos importantes, y se dan cuenta de que la amistad es una de las cosas más importantes de la vida.
El quinto y último arrepentimiento común es «ojalá hubiera permitido que la felicidad entrara en mi vida». Muchas personas en su lecho de muerte se dan cuenta de que han estado tan preocupadas por las cosas materiales o por lograr el éxito que han perdido de vista las cosas que realmente les hacen felices. Se lamentan de no haber dedicado más tiempo y energía a las personas y actividades que les traían alegría y felicidad.
En conclusión, los arrepentimientos de las personas moribundas pueden ser una fuente de aprendizaje para todos nosotros. Podemos aprender a vivir una vida más auténtica, a equilibrar mejor el trabajo y la vida personal, a comunicarnos mejor con los demás, a mantener relaciones significativas y a encontrar la felicidad en las cosas simples de la vida. Al aprender de estos arrepentimientos, podemos vivir una vida más plena y satisfactoria, sin arrepentirnos al final de nuestro camino.
!Comparte!
