Si te han pedido que cambies algo en ti, pero no lo has considerado importante podrías equivocarte o podrías tener razón, lo mejor sería que lo compruebes.
Lo difícil de cambiar.
Muchas veces tener que cambiar algo de nuestro comportamiento es aceptar que nos hemos estado equivocando y esto impide que aceptemos un cambio. No se nos viene bien a nuestra reputación.
Por el lado neuronal el cambio requiere que activemos recursos que no usamos y esto supone gasto de energía en nuestro cerebro, supone dejar una zona de confort.
Además el cambio no es seguro, los resultados positivos no siempre están garantizados y para nuestro equilibrio le puede venir mejor no molestarse en hacer ese gasto energético adicional.
Y la verdad que muchas veces lo que te están pidiendo puede carecer de sentido, pero !cuidado! aquí es donde hay que tener Inteligencia Emocional.
Y para usar nuestra inteligencia en algo emocional, esta es la técnica:
Busca verificar con al menos 5 personas si el cambio que te han solicitado es razonable y justicado.
Debemos salirnos de nuestros marcos de referencia, para poder tener una perspectiva más amplia y este pequeño ejercicio nos regala se inteligencia colectiva para poder saber sino estamos cambiando por protección.
Recuerda que nuestra mentalidad es resultado de todo lo que hemos vivido, pero lo que hemos vivido algunas veces puede no ser suficiente para determinadas circunstancia, aceptemos que es bueno obtener la perspectiva y vivencias de otras personas para enriquecer la nuetra.
Con inteligencia podemos gestionar nuestras emociones.
