No «ver» toda la realidad respecto a una circunstancia es engañarse.
Por ejemplo generalizar, personalizar, poner atención a solo algunas cosas, el encerrarse en sólo en lo que esperábamos, etc. son «distorsiones cognitivas» (Albert Ellis, Aaron Beck), de las cuales por lo menos hay 14 bien identificadas por los autores, pero que en general se refieren a errores en el procesamiento de la realidad y que producen perturbaciones emocionales.
Así cuando tenemos discusiones con otros, cuando algo no nos ha parecido adecuado, cuando alguien no cumple nuestras expectativas o no tenemos los resultados esperados, podríamos comenzar a culpabilizar a otros, sin querer ver que también fuimos responsables de alguna manera, que también alzamos la voz, que también fuimos descuidados, etc.
Lo bueno es que existen formas y métodos para evitar en estas circunstancias caer en esas distorsiones y poder ser esas personas maduras capaz de poder tener perspectiva, análisis objetivo y justo de la circunstancias, fortalezas que debe tener todo líder, todo padre. Si profundizamos el método generalizado es la terapia racional emotiva; sin embargo, para no profundizar en cada distorsión, vamos a compartir 1 sola cosa que podemos hacer que puede funcionar bien en circunstancias como las mencionadas.
1 pregunta para ampliar tu visión.
Compartimos una pregunta efectiva, que aunque la circunstancia te duela o ya tengas una conclusión convincente, puedes comenzar a repetirla (utilizarla) en estos momentos para procurar no quedarte sólo con el dolor de lo que no salió bien.
¿Qué fue lo que aprendí de esto?
Permítame explicar qué logra forjar el hábito de esta pregunta en estos momentos por compromiso con uno mismo.
Inicialmente procurar disminuir la connotación negativa y toda indefensión que podamos tener al inicio. «Esto fue una pérdida de tiempo», «hubiera preferido no estar ahí nunca», etc.
Por otro lado no caer en la evitación o el ignorar lo que es necesario aprender para no repetir la circunstancia. «No pongas atención a eso», «mejor sigo con esto otro», etc.
Responderse esta pregunta sirve enormemente también para encontrar esas señales, aspectos o detalles que necesitas para ser mejor y enfocarte en lo que es posible, en lugar de quedarte solamente con el «llanto».
Es maravilloso lo que sólo este hábito puede hacer por mantener siempre «a flote» tu potencial, tu inteligencia activa, te invitamos a comenzar a practicarlo constantemente.
Entre más consciente esta pregunta y su respuesta; más claro y presente tendrás lo que el pasado te ha enseñado, como por ejemplo a qué lugares no volver, a qué información ponerle atención, qué hacer cuando algo vuelva a suceder. Cómo dijo Napoleón Bonaparte:
«El que no conoce su historia está condenado a repetirla».
Aunque fue una frase en otro contexto, verás como aplica en este también.