No sentirse conectado o comprendido en una conversación hace que también perdamos interés y así nada se construye; sólo se destruye.
Practicar la atención plena: La atención plena es una práctica efectiva para cultivar la presencia. Es importante que el coach pueda entrenar su mente para estar en el presente durante la sesión de coaching.
Ejemplo: El coach puede practicar la atención plena diariamente dedicando unos minutos a la meditación o ejercicios de respiración consciente. Durante la sesión de coaching, puede aplicar esta habilidad y centrarse en el momento presente, eliminando cualquier distracción.
Escuchar activamente: La escucha activa es un elemento fundamental para mantener la presencia. El coach debe escuchar atentamente las palabras del cliente y no perderse en sus pensamientos o en lo que se dirá después.
Ejemplo: Durante la sesión, el coach puede escuchar activamente al cliente sin interrumpirlo. Puede hacer preguntas abiertas y relevantes para profundizar en la comprensión y validar las emociones del cliente. Esto ayudará a mantener la atención en el momento presente y a fortalecer la relación coach-cliente.
Crear un espacio seguro: Un espacio seguro es fundamental para mantener la presencia. El coach debe establecer límites claros y crear un ambiente acogedor para el cliente.
Ejemplo: Al inicio de cada sesión, el coach puede establecer límites claros sobre lo que es y no es apropiado discutir durante la sesión. También puede preguntar al cliente si hay algún tema que le gustaría discutir y asegurarse de que se sienta cómodo y respetado durante toda la sesión.
Ser consciente de la propia presencia: Para mantener la presencia, el coach debe estar consciente de su propia presencia. Debe estar atento a su propio lenguaje corporal y a su tono de voz.
Ejemplo: Durante la sesión, el coach puede estar atento a su propia presencia. Puede asegurarse de que está transmitiendo empatía, respeto y calma. También puede verificar su propio lenguaje corporal y tono de voz para asegurarse de que está en línea con lo que quiere transmitir al cliente.
Practicar la empatía: La empatía es fundamental para mantener la presencia. El coach debe ser capaz de ponerse en los zapatos del cliente y comprender sus emociones y perspectivas.
Ejemplo: Durante la sesión, el coach puede practicar la empatía. Puede escuchar activamente al cliente y validar sus emociones. También puede hacer preguntas relevantes y mostrar interés genuino en sus perspectivas. Esto ayudará a fortalecer la relación coach-cliente y a mantener la presencia.
Ser flexible: La flexibilidad es importante para mantener la presencia. El coach debe ser capaz de adaptarse a las necesidades y deseos del cliente.
Ejemplo: Durante la sesión, el coach puede ser flexible. Puede permitir que el cliente hable sobre lo que le preocupa y adaptarse al ritmo de la conversación. También puede estar abierto a nuevas perspectivas y preguntas. Esto ayudará a mantener la presencia y a aumentar la eficacia de la sesión de coaching.